Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)
Cuando un niño, adolescente o adulto se distrae fácilmente, es impaciente, impulsivo, muy inquieto, le cuesta seguir instrucciones, evita tareas demandantes, tiene dificultad para llevar tareas a término, no pone suficiente atención y hay deterioro en su desempeño escolar, laboral o social, puede estar sufriendo del Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

 

Definición
 
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno cerebral en el que intervienen factores genéticos y ambientales. Se manifiesta como un aumento de la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la atención. El TDAH se asocia con frecuencia a otros trastornos, y  sus consecuencias se aprecian en muchos ambientes.
Según la clasificación norteamericana de enfermedades psiquiátricas DSM-IV , no todas las personas que padecen un TDAH tiene el mismo cuadro clínico . En algunas predominan los síntomas de inatención, en otras los de hiperactividad e impulsividad, y en otras hay problemas tanto atencionales como de hiperactividad e impulsividad.
Estas variantes son conocidas como "subtipos". De todos ellos el más frecuente es el combinado, seguido del predominantemente hiperactivo-impulsivo. El subtipo predominantemente inatento es el menos frecuente, y se da más en mujeres que en hombres.
Criterios diagnósticos.
Si bien es cierto los trastornos por déficit de atención se pueden desarrollar a cualquier edad, la etapa escolar ha sido en la que mayormente se han centrado los estudios, dada la notoriedad de sus consecuencias, y por una mayor incidencia en dicha población  (Anicama, et al, 1997ª), los criterios diagnósticos para el TDAH de acuerdo al DSM IV lo demuestran así.
1. Desatención.
-         A menudo la persona no presta suficiente atención a los detalles o incurre en errores en sus actividades.
-         Tiene dificultades en mantener su atención en tareas o actividades lúdicas.
-         A menudo parece no escuchar.
-         A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas u obligaciones.
-         Presenta dificultades para organizar tareas y actividades
-         Evita tareas que requieran de un esfuerzo mental sostenido
-         Extravía objetos necesarios para la tarea.
-         Es descuidado en sus actividades diarias.
2. Hiperactividad.
 
-         Mueve en exceso manos y pies, se mueve en su asiento.
-         Corre o salta excesivamente en situaciones inapropiadas.
-         - Tiene problemas para quedarse quieto, jugar o dedicarse    tranquilamente a actividades de ocio.
-         Actúa como impulsado por un motor.
-         Habla en exceso.
-         Mucho movimiento durante el sueño.
-         Parece que siempre esta en marcha.
3. Impulsividad.
 
-         Precipita respuestas antes de haber sido completadas las preguntas.
-         Tiene dificultades para esperar su turno.
-         Actúa antes de pensar
-         Cambia enseguida de una actividad a otra
-         No puede organizarse en el trabajo
-         Interrumpe y se inmiscuye en las actividades de otros.
 En Psicología, considerando que el TDAH es un problema social y comportamental, su detección se realizará a través de  un examen psicológico completo, que implica la aplicación conjunta de instrumentos que miden el  déficit de atención como parte de una valoración general. Se considerará además la entrevista, la anamnesis, la observación de conductas, y el conocimiento de los criterios diagnósticos mencionados.
Etiología
A pesar que se trata de un trastorno muy frecuente en la infancia, y que desde hace bastante tiempo es objeto de interés por parte de muchos especialistas, hasta la actualidad no se llega a precisar la etiología del trastorno por déficit de atención con hiperactividad.
Las tendencias actuales de los estudios biológicos proponen que los niños con TDAH tienen un desbalance bioquímico o niveles bajos de neurotransmisores que controlan el sistema atencional, la cual se debería a una disfunción o deficiencia en la maduración cerebral. Para algunos autores el déficit es a nivel de las catecolaminas, por lo que las drogas utilizadas aumentan la cantidad de catecolaminas disponibles en el cerebro (Pichardo 1997). Otros datos sugieren un déficit de dopamina en las regiones críticas del cerebro, lo que afecta la eficiencia con la que el cerebro regula la conducta.
Entre otros factores etiológicos destacan el factor neurológico, genético, prenatal, y la influencia del medio ambiente, a pesar que dichos factores han demostrado su influencia en la falta de atención y la actividad motora excesiva, ninguno de ellos se confirma por separado como responsable único del trastorno
  • Factores neurológicos.- A partir del hecho que una lesión cerebral origina determinados efectos que dan lugar a múltiples trastornos psicológicos y psiquiátricos, se ha investigado hasta que punto los niños con déficit de atención e hiperactividad presentan alteración cerebral estructural, demostrando que aunque se admite que las alteraciones en la estructura del cerebro originan efectos psicológicos, estos son inespecíficos, las pruebas neurológicas actuales no permiten aún identificar un mal funcionamiento cerebral asociado de manera exclusiva al TDAH (García y Magaz, 2000), de modo tal que los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad  no tienen  síntomas claros de haber sufrido lesiones cerebrales, y los que si presentan daño cerebral constatado, solo un porcentaje de ellos presentan TDAH (Moreno, 1995).
  • Factores genéticos.- Los estudios también apuntan hacia un origen genético del Trastorno por déficit de atención, sugerido a partir de los resultados de distintos trabajos desarrollados en familiares de niños que padecían dicho trastorno, los cuales revelan la influencia de factores familiares de riesgo, de tipo genético. Se sabe por estos estudios que la incidencia de los trastornos de ansiedad, TDAH, conducta antisocial, alcoholismo y trastornos de tipo afectivo son más comunes en familiares de niños con TDAH.
  • Factores Ambientales.- Dado que algunos niños con antecedentes biológicos y/o genéticos no desarrollan problemas de conducta, se ha estudiado la influencia que en la aparición del TDAH desempeñan las variables familiares y sociales como el nivel socio económico, las condiciones de vida y de trabajo de los padres, estilos educativos, recursos materiales y el medio escolar. También cabe destacar que la carencia de habilidades sociales en el niño, el menosprecio de sus compañeros de clase y un ambiente familiar y escolar desfavorable son factores que intervienen en los problemas de falta de atención y concentración que se refleja en un bajo rendimiento escolar
  • Factores prenatales.- Las teorías también sugieren que el abuso del alcohol durante el embarazo es responsable del TDAH, problemas de atención, trastorno de la conducta y retraso psicomotor (Good y Sherry 1984; véase en Moreno, 1995), así como también que el hábito de fumar durante el embarazo puede producir anoxia fetal y bajo peso al nacer, que estaría relacionado con problemas de hiperactividad, sin embargo dichas complicaciones no afectan por igual a todos los niños prematuros o con bajo peso al nacer, por lo que sería considerado como uno de los factores predisponentes, pues hacen al niño más vulnerable a la influencia negativa de otras variables ambientales.
Finalmente, los factores aquí mencionados pueden interactuar conjuntamente a distintos niveles e intensidad, en tanto que los estudios se inclinan mayormente a considerar el desbalance bioquímico como causa principal del trastorno, por lo pronto se continúa admitiendo la idea que sugiere una etiología multifactorial, al no identificar un factor causal único.

 

¿Qué es el TDAH y el DAH?
  
La diferencia entre el TDAH y DAH radica en el origen (qué lo causa) y por lo tanto el tratamiento médico para superarlos es distinto, sin embargo las estrategias que se utilizan en casa y escuela pueden ser iguales.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un síndrome que se reconoce como primario y cuya causa se encuentra relacionada muy probablemente, con factores genéticos y/o neurológicos por una deficiencia en el funcionamiento de neurotransmisores y se caracteriza principalmente por: la inatención (falta de atención y concentración), impulsividad e hiperactividad, síntomas que afectan el desarrollo y la calidad de vida de las personas que lo padecen; particularmente si este trastorno no es detectado y manejado a tiempo.
El Déficit de Atención e Hiperactividad (DAH) , es un conjunto de síntomas de inatención (falta de atención y concentración), impulsividad e hiperactividad que se presentan de manera secundaria a otros padecimientos y afectan el desarrollo y la calidad de vida de las personas que lo padecen; particularmente si no es detectado y manejado a tiempo.

 

DIAGNOSTICO

La detección precoz, así como un diagnóstico e intervención adecuados, serán fundamentales para la prevención o manejo de los problemas asociados al trastorno, determinando en gran medida la evolución del mismo.
El diagnóstico debe realizarlo preferentemente un equipo multidisciplinar integrado al menos por un psicólogo clínico y si el caso lo amerita por un profesional de la salud  en nuetsro caso medicina pediatrica infantil con conocimientos sobre el TDAH. Los padres y profesores habitualmente detectan problemas y los profesionales establecen el diagnóstico.
 
Fundamentalmente, el diagnóstico se basa en una evaluación a nivel médico, psicológico y pedagógico orientada respectivamente a determinar las condiciones físicas del niño, su estado emocional, sus capacidades y su nivel de aprendizaje. Con todo esto se podrá descartar que las dificultades de comportamiento o/y rendimiento escolar se deban a otros causas distintas del TDAH.
El diagnóstico del TDAH puede ser dificultoso por la presencia de comorbilidad y de síntomas del trastorno en otras entidades diagnósticas, que dificulta el diagnóstico diferencial, para su realización se necesitará información de los padres, de los profesores y del propio niño y es importante utilizar diferentes instrumentos diagnósticos como cuestionarios, entrevistas clínicas, pruebas y si es posible la observación directa del niño en la misma escuela. Actualmente no existen pruebas ni biológicas ni psicológicas que establezcan el diagnóstico, éste se establece por criterio clínico, pero los instrumentos de evaluación complementan y aportan información fundamental para el clínico que debe establecer el diagnóstico.
Hay sujetos con dificultades en la capacidad atencional y de autocontrol que no implicarán deterioro en su vida académica, social o familiar y por tanto no podrán ser diagnosticados como TDAH, serán niños/as con problemas o dificultades en las áreas de atención y autocontrol. Estos niños pueden beneficiarse de las mismas estrategias cognitivo-conductuales que se utilizan en los sujetos con TDAH.
El TDAH se clasifica dentro de los trastornos mentales. Principalmente el diagnóstico se basará en el cumplimiento de los criterios del DSM-IV, que son los criterios diagnósticos establecidos por la Academia Americana de Psiquiatría (1994) o del CIE-10 (1992) que son los reconocidos y establecidos por la OMS, ambas clasificaciones están reconocidas internacionalmente.
Una evaluación completa del niño, aportará información fundamental para establecer el diagnóstico y para establecer el plan terapéutico.
La edad "ideal" para acudir al profesional, dependerá de las características de cada caso. En principio, siempre que se observan problemas en el funcionamiento cotidiano de un niño respecto a lo esperable por su edad de desarrollo, o si es un niño al que no se consigue manejar educativamente está justificada la consulta con un profesional.
No obstante, como se ha señalado con anterioridad, en general las manifestaciones del TDAH se empiezan a observar claramente con el inicio de la escuela primaria, cuando aumenta el nivel de exigencia referente a la atención y autocontrol en clase, el horario es más estructurado y disminuye el grado de supervisión individualizada en detrimento de la exigencia de un mayor grado de autonomía.
TRATAMIENTO

El tratamiento se considera que debe ser multimodal, en este están implicados uno o varios profesionales clínicos, maestros-profesores, padres y el propio sujeto que sufre TDAH. Se requieren de distintas intervenciones:
    * Intervención psicológica
    * Intervención educativa o escolar
    * Intervención médica homeópatica
 
Incluso se considera imprescindible para el abordaje del TDAH la necesidad de una cooperación estrecha entre padres, pacientes, y escuela, siendo el profesional clínico una especie de coordinador. Es importante valorar que es un trastorno crónico que por su curso longevo va a necesitar continuos planteamientos terapéuticos ante situaciones problemáticas de nueva aparición. Por lo tanto el plan terapéutico deberá individualizarse de acuerdo a los síntomas y a objetivos concretos (M.García-Giral y R. Nicolau, 2001)
La guía clínica para el TDAH publicada por Taylor et al (1998) también propone el tratamiento multimodal como tratamiento de elección, y en el artículo que el mismo Taylor publica sobre el grupo de profesionales Europeos (Taylor 1999) afirma "parecería como si la combinación de tratamiento comportamental con la medicación, es de particular importancia para obtener una respuesta excelente".
El tratamiento multimodal incluye:
  • Entrenamiento a padres.
  • Intervención escolar.
  • Tratamiento al niño básicamente haciendo uso de procedimientos conductuales, de autocontrol de la rabia y autoinstruccionales.
  • Intervención farmacológica homeopática
   
Los síntomas nucleares del trastorno: déficit de atención, hiperactividad e impulsividad son los que orientarán sobre la primera intervención a realizar.
ENTRENAMIENTO A PADRES
 
Es una intervención dirigida a que los padres aprendan a manejar la conducta de su hijo utilizando técnicas básicamente de manejo de contingencias que son las que han demostrado su eficacia en el tratamiento del TDAH (MTA 1999, NIH 2000, Barkley 1998, Taylor 1998- 1999). Consiste en formar a los padres para que reconozcan los comportamientos propios del trastorno y aprendan estrategias para controlar las conductas perturbadoras y potenciar las conductas adecuadas.
El manejo de contingencias incluye el uso del refuerzo positivo, la extinción, uso del tiempo fuera, economía de fichas y coste de respuesta. Esta intervención puede aplicarse individualmente o grupalmente, la aplicación grupal ofrece ventajas tales como: menor coste, ayuda a los padres a relativizar o ubicar los problemas de su hijo al contrastarlos con los de otras familias, los padres se ayudan mútuamente y comparten las dificultades.
INTERVENCIÓN ESCOLAR

El abordaje escolar es necesario porque los niños con TDAH ante una tarea escolar se muestran desorganizados, impulsivos e ineficaces, las dificultades de atención, motivación, de mantener el esfuerzo mental ante tareas más repetitivas y monótonas, interfieren en su ejecución. Por lo tanto su rendimiento escolar se ve afectado a pesar de que su inteligencia sea normal, alta o superior.
Por otro lado el comportamiento del niño con TDAH en el aula también interfiere en su rendimiento y en el grupo clase, principalmente por su impulsividad ya que no pueden inhibir la primera respuesta espontánea. Por tanto, es muy importante que los maestros y profesores tengan estrategias para manejar el comportamiento de estos niños y más teniendo en cuenta que debido a la alta prevalencia del trastorno en población escolar, hay muchas posibilidades de que se encuentren en el aula un niño con TDAH por año escolar.
La prevalencia de fracaso escolar entre la población con TDAH es significativamente alta, el bajo rendimiento escolar afecta al 40% de los estudiantes con TDAH (Barkley, 1998), los problemas de comportamiento llegan a provocar hasta un 15% de expulsiones en estos niños, también se conoce que alrededor del 30% sufrirá además del TDAH un trastorno de aprendizaje en cálculo, lectura o en la expresión escrita.
Se requiere de una intervención escolar específica ya que la intervención a padres ayuda a la familia pero raramente ayuda a mejorar el rendimiento académico o el funcionamiento escolar del niño con TDAH (Abramowitz y O'Leary, 1991). Barkley.
Los estudiantes con TDAH necesitan mayor estructura y organización de las clases, mayor supervisión, más fragmentación de las tareas, más consecuencias positivas (refuerzo positivo, aplicación de economía de fichas...) para mantener su conducta así como consecuencias negativas (coste de respuesta, tiempo-fuera..) y requieren de distintas acomodaciones escolares (Parker, 1994, Barkley 1998).
Esta intervención implica el entrenamiento a maestros y profesores en manejo de contingencias, uso del refuerzo positivo, la extinción, uso del tiempo fuera, economía de fichas y coste de respuesta (como consecuencia negativa más severa generalmente se aconseja la aplicación de tiempo fuera durante 20 minutos). También se les entrena a dar mayor atención a las conductas adecuadas del niño, ya que en general se atiende mucho a los comportamientos molestos y poco a los positivos.
Es necesario reforzar y potenciar las habilidades sociales así como fomentar la técnica de resolución de problemas en charlas individuales con el niño/adolescente ante situaciones problemáticas (identificación del problema, posibles soluciones o modos de actuar, valoración de ventajas e inconvenientes de cada una de las soluciones propuestas), fomentando el pensamiento reflexivo.
Es útil hacer uso de contratos, o registro de conductas objetivo a mejorar; concretas y viables para el niño, haciendo uso de un sistema de economía de fichas.
INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA APLICADA AL NIÑO
 
El tratamiento al niño se basa en el uso de procedimientos conductuales, de autocontrol de la rabia y autoinstruccionales, con el objetivo de fomentar el autocontrol y el pensamiento reflexivo.
También es importante el entrenamiento en habilidades sociales y en técnicas para mejorar la autoestima. Los niños y adolescentes que presenten trastornos de aprendizaje o fracaso escolar además requerirán de un abordaje psicopedagógico preferentemente individual o en pareja.
Los niños con TDAH tienen dificultades en el control de la conducta y de las emociones, para conseguir un control de la conducta primero debe existir un control externo de la misma ya que éste es el proceso natural de adquisición del control de uno mismo, este control externo es el que se intenta fomentar mediante el uso adecuado de estrategias educativas, que padres y maestros deben aplicar con coherencia y persistencia. Con el paso del tiempo este control externo se interioriza y el niño adquiere mayor autocontrol, pues le aporta mayores beneficios en cuanto a adaptación familiar, social o académica. Con el manejo de contingencias se facilita el control externo de la conducta, para que el niño viva las ventajas de este control (recibir aprobación social, incremento de la sensación de autoeficacia y aumento de la autoestima ) y se motive para ejercerlo de forma autónoma.
El lenguaje interno o las autoinstrucciones son las que facilitan esta interiorización ya que fomentan el pensamiento organizado y reflexivo. Los procedimientos autoinstruccionales y las técnicas de resolución de problemas tienen como objetivo que el sujeto interiorice pautas de actuación generalizables a distintas situaciones para incrementar su autocontrol.
TRATAMIENTO HOMEOPATICO
 
La medicina homeopática actúa de una manera individualizada que resulta de lo más tolerante con las necesidades del paciente y sus procesos biológicos.
Al carecer de compuestos artificiales y únicamente naturales, la homeopatía evita la aparición de efectos secundarios y hace que el paciente atraviese un tratamiento paulatino que progresivamente va registrando mejoras según sus tiempos.
Estas características vuelven a la homeopatía una herramienta excelente para cuidar la salud de los niños. Al estar los niños en un constante progreso de crecimiento y desarrollo, este tipo de medicina es el ideal para tratar sus afecciones, pues se trata de una medicina que respeta el desarrollo del niño sin forzarlo a sufrir efectos intensos o secundarios, cosa que suele ocurrir con algunos medicamentos tradicionales.
Existen muchos trastornos infantiles que son tratados con la homeopatía logrando excelentes resultados. Las alergias y los trastornos de sueño son algunos de los problemas de los niños que encuentran una solución positiva en la homeopatía, los cólicos y los trastornos emocionales y conductuales tales como TDAH, depresión, ansiedad, terror nocturno, etc.
En este punto se debe recalcar que la medicación homeopática para cada caso se dará después de la consulta y revisando caracteristicas y necesidades propias de cada paciente, esto se da en función de la patología, características de la personalidad, modo reaccional etc.
Algunos de los medicamentos homeopáticos unicistas mas utilizados para esta patología son:
  • Chamomilla
  • Calcárea Carbónica
  • Calcárea Fluórica
  • Valeriana
  • Kalium Phosphoricum
  • Staphisagria
Terapia Floral  para el TDAH

También es de mucha utilidad la combinación con Terapia Floral (flores de Bach), aquí algunas de las mas utilizadas para TDAH
  • Clematis
  • Cherry plum.
  • Impatiens.
  • Larch.
  • Verbena.
A continuación enunciamos otros tratamientos alternativos de mucha utilidad para tomar en cuenta:
Fitoterapia para el TDAH
  • Ginkgo biloba: aumenta el riego sanguíneo en el cerebro, facilitando que las neuronas reciban mayor cantidad de oxígeno y nutrientes. De este modo aumenta la capacidad de concentración y la mejoría de la memoria.
  • Vincapervinca: actúa a nivel del tejido cerebral, mejorando la oxigenación de las células.
  • Ginseng y eleuterococo: tonifican y aumentan la capacidad para la concentración y la memoria.
  • Avena, verbena, escutelaria y zapatito de dama: ayudan a reducir la tensión nerviosa y tonifica el sistema nervioso central.
  • Tila y pasiflora: en casos de ansiedad y tensión nerviosa.
Vitaminas y oligoelementos para el TDAH
  • Vitaminas del grupo B: concretamente B1, B2, B5, B6 y B12: actúan en la transmisión de la corriente nerviosa y la formación de las membranas de fosfolípidos, moléculas que desempeñan un papel importante en todos los intercambios entre neuronas.
  • Vitamina E: actúa como un potente antioxidante cerebral, protegiendo las neuronas.
  • Fósforo y calcio: resultan importantes para el funcionamiento del metabolismo de las neuronas.
  • Cobre: es necesario para el metabolismo del fósforo y calcio.
  • Silicio: protege contra el envejecimiento, estimula el sistema nervioso y actúa contra la atonía cerebral y deficiencia intelectual.
Complementos dietéticos para el TDAH
  • Lecitina de soja: es un complejo natural de fosfolípidos que se encuentra en las semillas de la soja y en las membranas de las células nerviosas y del cerebro. Ayuda a mantener una buena transmisión de los impulsos nerviosos lo que mejora el rendimiento intelectual.
  • Aceite de onagra: regula la función cerebral, controlando las sustancias transmisoras del sistema nervioso.
  • Levadura de cerveza: debido a su alto contenido en vitaminas del grupo B y calcio, resulta uno de los mejores aliados del cerebro.

Consecuencias del TDAH
Consecuencias en el ámbito escolar
 
Los niños con TDAH no tratados suelen tener problemas en la escuela.
Es frecuente que:
  • Se hayan realizado adaptaciones curriculares o que estén en cursos inferiores a lo esperado para su edad;
  • Obtengan bajas puntuaciones en tests de inteligencia o de habilidades a causa de lagunas en el aprendizaje
  • Tengan dificultades para aprobar los exámenes por no fijarse bien en las preguntas (inatención) o por dar respuestas precipitadas (impulsividad);
  • Suspendan por no completar o entregar las tareas para casa.
  • No es raro que
  • Tengan roces con otros estudiantes o compañeros (agresiones por impulsividad; no someterse a las normas o reglas en los juegos)
  • Terminen siendo rechazados.
  • Ocupen lugares especiales en clase (donde no molesten, pero también donde más difícil es mantener la atención en clase)
  • Sean amonestados o incluso expulsados del colegio.
Consecuencias familiares
Convivir con un niño hiperactivo puede ser muy difícil: hablan sin parar, parece que no sepan jugar solos, y cuando lo hacen nunca es en silencio; de una manera u otra siempre hay que estar prestándoles atención, y con frecuencia plantan cara o desobedecen. Y todo ésto pese a múltiples intentos de educarlos. Así las cosas, no es raro  que al cabo de los años que muchos padres "tiren la toalla" y dejen de hacer caso a su hijo o que sólo hablen con él para criticarlos.  Es en ese momento cuando se perpetúan los problemas.
En aquellos en los que predomina la inatención los problemas son de otra índole: "vagar o flotar por el espacio", "soñar despiertos", “estar en las nubes”… Suelen ser o parecer tímidos, recibir críticas contínuas por ser “vagos” o “un despiste”, repetir curso con frecuencia (si el sistema educativo lo permite) o estar bajo adaptaciones curriculares. Tras años de fracasos y críticas la autoestima se resiente y pueden presentar síntomas depresivos y ansiosos. Por otra parte, es más difícil que tengan problemas o que sean rechazados por sus iguales.
 Los estudios demuestran que las familias de los niños con TDAH (subtipo hiperactivo o combinado) presentan:
  • Mayores niveles de estrés
  • Vida social muy reducida (al círculo familiar más próximo)
  • Alta frecuencia de separaciones
  • Importante sensación de soledad y abandono 
  • Frecuencia elevada de síntomas depresivos (sobre todo en las madres)
 
Trastornos asociados
Con mucha frecuencia el TDAH no viene sólo. Cerca de dos terceras partes de los niños remitidos a consulta por TDAH presentan otro trastorno asociado (o sea, que el TDAH "puro", sin nada más, es en realidad lo menos frecuente).
A continuación mostramos una lista de los diagnósticos más frecuentemente encontrados junto con el TDAH (en algún momento de la vida del paciente):
  • Trastorno Negativista-Desafiante (TND): 50-75%
  • Trastorno Disocial (TD) 20-50%
  • Trastornos por abuso de drogas: 12-24%
  • Trastornos de ansiedad: 25%
  • Trastornos afectivos: 20-30%
  • Trastornos del sueño.
  • Trastorno de Tics.
  • Trastornos de la coordinación motora.
  • Trastornos específicos del aprendizaje.: 20%
  • Problemas intelectuales.
  • Lesiones y accidentes.